¿Qué saben los japoneses que los argentinos no aplicamos?

Existe un concepto que guía mi cotidianeidad y que se denomina IKIGAI. El ikigai es un significado y una práctica japonesa sin traducción literal. Sin embargo, puede asociarse a la búsqueda occidental del PROPÓSITO.
Es una conjunción que aquí te muestro

Se trata de aprender a equilibrar estos cuatro factores o áreas de la vida:
Lo que te gusta
Con Lo que podés ofrecer al mundo
Por lo que pueden pagar
Y en lo que sos bueno
O el orden que prefieras darle. Eso depende de vos.
Podría definirse como “lo que hace que la vida valga la pena ser vivida , “la razón de ser , “el motivo que hace que te levantes a la mañana , «tu propósito».
Combinando cada arista se desprenden: la pasión, la profesión, la Vocación, la Misión.

La idea es que la realización se alcanza con cosas que van más allá de la pasión, la misión, la vocación o la profesión. Incluso, más allá del dinero, del talento, de los gustos o de lo que pasa en el mundo.

5 consejos para encontrar tu IKIGAI
Ikigai es un proceso, es un flujo continuo, es como un río. No es algo que se descubre como por arte de magia y queda fijo para siempre. Exige que le pongas cabeza, que lo sigas analizando, porque se irá desarrollando y fortaleciendo con el tiempo.
Encontrar tu ikigai implica autoanálisis, prueba y error. La reflexión y la acción te van a ayudar a revelar tus valores, tus fortalezas y tus habilidades, para que puedas encontrar el significado de tu vida y de tu trabajo.

1- Dejá que tu ikigai sea tu brújula: Es como un guía que te ayuda a encontrar el camino y alinear tus acciones para orientarlas hacia tu norte, que es tu propósito. En cuanto tengas que tomar decisiones difíciles, dejá que tu ikigai te oriente.

2- No esperes sentirte pleno/a las 24 horas del día: No todo será siempre fácil. Pero lo bueno de tener un propósito y conocer tu ikigai es que te ayudará a mantener el rumbo y el foco, y a tener una visión más clara cuando aparezca alguna tormenta.

3- Tratá de despejar tus juicios y creencias: El propósito tiene todo que ver con ponerte al servicio de los demás. Así que si tu ikigai está orientado hacia tu carrera o hacia tu trabajo, está bien. Eso no quiere decir que tu familia, tus hijos o tus amigos no sean importantes. Simplemente quiere decir que la sensación de plenitud deriva del equilibrio de todas las partes que componen el ikigai.

4- No lo tomes como un destino, sino como un camino: Ikigai no es algo denso o pesado, es liviano y fluido. Se mueve como las mareas, con el ritmo de tu vida. Hay que tomarlo despacio, viviendo en el momento, dando pequeños pasos.

5- Podés tener más de un ikigai en la vida: Sí, es posible editar el propósito de tu vida a lo largo de los años, porque puede evolucionar o cambiar. La clave está en disfrutar el proceso, y no tomárselo con demasiada gravedad. El ikigai siempre es liviano. Fluye.

Marcos Provvidenti

Marcos Provvidenti

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