En una CONVENCIÓN en Las Vegas, EEUU, tuve la oportunidad de escuchar personalmente a Darren Hardy y en ese momento no sabía que era el autor del conocido libro “El efecto Compuesto”.
Fue un orador muy carismático y desde entonces comencé a seguir sus enseñanzas. Una de las anécdotas que recuerdo fue cuando comentó que eligió a las 50 personalidades y empresas más importantes del mundo para que sean sponsors de su nuevo emprendimiento: LA REVISTA SUCCED, que era solo una idea y con el tiempo se convirtió en la revista N° 1 del Mundo, consumida por las personas de mayor poder adquisitivo del planeta. 43 de esas personas le dijeron que NO y sin embargo él siguió creyendo en su proyecto y con los siete que le dijeron que SÍ fue suficiente, eso sí, tuvo constancia y una estrategia: buscar a personas super influyentes. Pensó en grande y actuó en pequeño.
Luego me interiorice en su principio que lo llevó a la fama, el EFECTO COMPUESTO.
Básicamente la teoría plantea que las pequeñas acciones que hacemos a diario, no tienen una respuesta inmediata en los resultados. Por ende el mundo en el que vivimos ansioso, de mucho éxtasis instantáneo que pospone lo importante por la satisfacción inmediata nos aleja de tomar las decisiones correctas. Así tres personas de la cuales todas tienen vidas muy diferentes en sus hábitos, tal vez luego de 5, 7 ó 10 años recién veamos como malos o buenos hábitos alimenticios impactan en su salud, malos o buenos hábitos financieros impactan en su diaria, o malos o buenos hábitos en su desarrollo personal impactan en sus relaciones.
De esta forma esas 3 personas que en principio con malos hábitos no tenían grandes diferencias llega un momento donde la curva de impacto afecta toda junta, justamente, por su efecto multiplicador.
Pequeñas inversiones de hoy, no tendrán un gran impacto en este año. Pero si sostengo por 10 o 15 años las pequeñas retribuciones generan en un momento que la curva se expanda y el crecimiento sea monstruoso.
Esta teoría repercute en lo bueno y en lo malo. Esa misma curva impacta negativamente, si los hábitos de alimentación no son saludables. En 10 años el cuerpo lo notará.
La moraleja tiene que ver con tener claro una visión grande largoplacista y actuar durante mucho tiempo, sosteniendo costumbres correctas, para que en un momento esa consecuencia imperceptible tenga un efecto multiplicador.
Aprovechando el comienzo de año, desafío e invito a que planifiquemos a largo plazo y tengamos confianza en que los buenos hábitos aplicados de manera sostenida tendrán los efectos que buscamos y que la energía esté puesta en la aplicación diaria de pequeños detalles y no en el resultado final.